A sus 99 años de edad, don Emilio Paulin sigue siendo un ejemplo de fortaleza y constancia. Ciclista de corazón, lector incansable y orgulloso padre de familia, en esta temporada decembrina acompañó a Leonor Mendoza, quien desde hace décadas endulza y reconforta los hogares con los tamales que elabora cada año.
Doña Leonor es una mujer profundamente creyente, maestra de catecismo y conocida por muchos como la creadora de “los mejores tamales del mundo”. Cada pieza está hecha con paciencia, alegría y una fe inquebrantable, pues todos los días ofrece su trabajo a Dios, convencida de que el esfuerzo honesto siempre rinde frutos.
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Su historia como emprendedora comenzó hace 30 años, cuando sus hijos eran pequeños y las necesidades económicas apremiaban. Con cierto temor, pero con mucho amor por su familia, decidió comenzar a hacer tamales. Lo que inició como una necesidad, con el tiempo se convirtió en una tradición y en una fuente de orgullo.
Doña Leonor es alegre, entusiasta y trabajadora; una mujer ejemplar como esposa, madre, hermana y emprendedora. Sus tamales, de chile rojo, queso, frijolitos, picadillo, pollo, rajas con queso y de dulce, destacan no solo por su sabor, sino por su presentación impecable, hojas perfectamente dobladas, masa bien sujeta y una elaboración cuidadosa que refleja dedicación y experiencia.
Quienes tienen la dicha de probarlos coinciden en que son un verdadero manjar, capaces de conquistar hasta los paladares más exigentes. Y es que, más allá de la receta tradicional, doña Leonor siempre añade dos ingredientes que nunca fallan, el amor con el que cocina y la bendición de Dios que acompaña cada tamal.
