Con el otoño a la vuelta de la esquina, es momento de prepararse para los cambios de clima y sus efectos en nuestra salud. A partir del próximo 22 de septiembre, los días se harán más frescos, y con ello, aumentará la circulación de virus y bacterias. Los expertos de salud pública advierten sobre la importancia de tomar medidas preventivas para evitar las enfermedades más comunes de esta temporada.
ENFERMEDADES RESPIRATORIAS: LAS MÁS COMUNES DEL OTOÑO
Las infecciones respiratorias son, sin duda, las protagonistas del otoño. La fluctuación en las temperaturas, junto con la tendencia a permanecer en espacios cerrados, crea el ambiente perfecto para la propagación de gérmenes.
GRIPE (INFLUENZA): Es una de las más temidas. Sus síntomas, como fiebre alta, dolor muscular, tos y fatiga, son más severos que los de un resfriado común. La vacunación anual es la medida más eficaz para protegerte a ti y a tu familia.
RESFRIADO COMÚN: Aunque menos grave, su impacto en la productividad y el bienestar es significativo. Se caracteriza por congestión nasal, estornudos, tos y dolor de garganta.
BRONQUITIS Y NEUMONÍA: Estas afecciones, que afectan las vías respiratorias y los pulmones, pueden agravarse si no se tratan a tiempo, especialmente en niños y adultos mayores.
ALERGIAS Y OTRAS AFECCIONES: NO BAJES LA GUARDIA
El otoño no solo trae virus, sino también otros factores que pueden afectar la salud. Las alergias estacionales pueden resurgir debido a la proliferación de ciertos pólenes y al aumento de ácaros del polvo en el interior de los hogares.
En zonas con clima más cálido, el dengue y otras enfermedades transmitidas por mosquitos aún pueden ser una amenaza, ya que las condiciones de humedad y temperatura aún son favorables para su reproducción.
MEDIDAS DE PREVENCIÓN: TU MEJOR DEFENSA
Para enfrentar el otoño de manera saludable, los especialistas recomiendan seguir estas sencillas, pero efectivas, medidas:
VACÚNATE: La vacuna contra la influenza está disponible y es la herramienta más poderosa para prevenir esta enfermedad.
LÁVATE LAS MANOS: La higiene es fundamental. Lavarse las manos con agua y jabón de forma regular reduce la transmisión de gérmenes.
ABRÍGATE: Vístete con ropa adecuada para los cambios de temperatura, especialmente al salir de casa por la mañana o al atardecer.
ALIMÉNTATE SANAMENTE: Consume alimentos ricos en vitaminas C y D para fortalecer tu sistema inmunológico.
VENTILA TU HOGAR: Abrir las ventanas por unos minutos al día ayuda a renovar el aire y a disminuir la concentración de virus.
El otoño no tiene por qué ser sinónimo de enfermedad. Al tomar estas precauciones, puedes disfrutar de la temporada con buena salud.