La puntualidad es un factor decisivo para las cuestiones de trabajo en cualquier parte del mundo, pero en México parece que este concepto de llegar temprano a las citas y reuniones sociales no es algo que tengamos tan presente. ¿Es verdad que los mexicanos somos impuntuales? Aquí analizaremos la cuestión sobre nuestro modo de concebir el tiempo.
Así es, podría decirse que la impuntualidad es un sinónimo de la mexicanidad. Muchos son impuntuales a propósito y otros no pueden evitarlo, simplemente se les pasa el tiempo o tenían otras cosas más importantes que hacer que llegar temprano a una cita. Ya sea a una reunión familiar, con los amigos, a una fiesta o con la pareja, podría parecer que casi cada mexicano tiene un reloj interno con un retraso de algunos minutos o incluso algunas horas.
Este hábito es considerado como un defecto grave, aunque parece que los mexicanos ya estamos acostumbrados a él. Y no es que la impuntualidad ya forme parte de nuestro nacionalismo, existen ciertos factores que determinan nuestra puntualidad o impuntualidad y aunque estos simplemente son tomados como pretextos, se podría decir que son factores reales y determinantes. Aquí analizaremos la situación.
¿Por qué los mexicanos tenemos fama de impuntuales?
Desgraciadamente, en México conocemos muy bien el concepto del “ahorita”. Una palabra que sirve para aplazar una situación y facilitarnos las cosas, ya sea por un momento, unos minutos, algunas horas o para siempre. Será porque tenemos otras cosas en la cabeza, porque algunos creen que si llegan tarde no afectan a nadie y no van a ser echados de menos o porque simplemente así se dan más importancia.
Otro de los conceptos que tenemos siempre presentes y que justifica nuestra falta de puntualidad es el del “ratito”. “Al rato”, “después” y “luego” nos acompañan y así le damos más importancia a lo que estamos haciendo (o no haciendo) y postergamos por un rato más las diferentes situaciones.
Cada quien conoce a alguien que es impuntual y la verdad esa persona nos cae cada vez más mal hasta que terminamos acostumbrándonos a sus retrasos, fomentándole así la impuntualidad.
Este defecto pasa de generación en generación. Los niños se acostumbran a la impuntualidad de los adultos y así, el ciclo continúa sin remedio. A muchos la puntualidad sólo se les dará en situaciones como el despido laboral o alguna situación de vida o muerte.
Las causas probables
Otro de nuestros posibles defectos es el saber justificar estas impuntualidades, aunque a veces puedan tener una causa real. Ya sea por la carga del tráfico, por los amontonamientos en el transporte público o porque tuvimos que pasar a comprar algo al mercado, el “ahorita” y los “al ratos” nos pueden justificar y hacernos la vida más cómoda.
Entre los factores que según los expertos hacen a los mexicanos impuntuales están el que México no ha sufrido guerras en los últimos tiempos. Los países europeos y otras naciones se acostumbraron a hacer las cosas a tiempo porque sus vidas dependían de ello.
Ya sea porque a veces no calculamos bien el tiempo o porque simplemente este se nos viene encima, casi todos hemos caído en la impuntualidad en más de una ocasión.
El análisis de la impuntualidad mexicana
Según algunos estudios realizados por los expertos, existen dos clases de personas, las que están enfocadas en sus objetivos y procuran llegar temprano en cualquier situación y las que tienen una personalidad relajada y no les preocupa tanto el ser puntuales. Muchos prefieren la comodidad a cumplir con los tiempos de una cita.
Una encuesta realizada por la agencia Gabinete de Comunicación Estratégica reveló los siguientes datos: un 67.1% de los mexicanos son impuntuales en cualquier situación. El 44.6% de los encuestados están dispuestos a esperar hasta 30 minutos a alguien, mientras que un 33.1% sólo llega a esperar hasta quince minutos. Aún así, hay quienes esperan hasta una hora. Así se demuestra que entre todos fomentamos la cultura de la impuntualidad.
De hecho, la Inteligencia Artificial (IA) ha determinado que la impuntualidad de los mexicanos está determinada por factores como la informalidad que hay en nuestras relaciones sociales y laborales y afirma que nos ha hecho falta desarrollar la cultura de la puntualidad. También menciona el tráfico y el tamaño de las grandes ciudades e indica que en México no le damos mucha importancia al tiempo y por lo general somos desorganizados.
¿Alguna solución?
Sería mucho mejor que todos y cada uno calculáramos bien nuestros tiempos, para que así se nos quitara esa mala fama de impuntuales. No debemos justificar nuestros defectos. Todo depende de la educación.