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Los fantasmas de la Arena México

Otra de las leyendas más difundidas es la de una niña que corre bajo las gradas buscando una salida

En plena temporada de muertos, la Arena México, considerada la Catedral de la lucha libre mexicana, no solo guarda la memoria de grandes combates, sino también historias del más allá que han marcado sus pasillos, túneles y gradas.

Ubicada en la colonia Doctores, la arena es escenario de ambiente festivo durante las funciones, pero cuando se apagan las luces y se cierran las puertas, los relatos se tornan lúgubres. Trabajadores y luchadores narran que en este sitio, antes de ser construido el actual recinto, existió un circo en el que un hombre de baja estatura, integrante del elenco, se quitó la vida al colgarse de una estructura. Su espíritu, aseguran, aún recorre las instalaciones con gritos y alaridos.

Otra de las leyendas más difundidas es la de una niña que corre bajo las gradas buscando una salida. Se dice que, mucho antes de levantarse la arena, se extravió en el terreno baldío y murió sin ser localizada a tiempo; desde entonces, su presencia es relatada por quienes trabajan de noche en el inmueble.

Los túneles de la Arena México también son protagonistas de estas historias. De acuerdo con testimonios, su atmósfera sombría se intensifica al internarse en los pasadizos que hoy sirven como bodegas y almacenes. Durante un recorrido, entre tinieblas y silencio, se recurrió incluso a veladoras para iluminar el camino. El ambiente frío y desolado aumentaba la sensación de misterio.

En ese descenso se hallaron elementos extraños para el lugar: plumas de aves esparcidas, un feto de roedor y una fotografía borrosa, objetos que avivaron aún más la impresión de que, en este recinto, la lucha libre convive con presencias que escapan a toda explicación.