La noche de Halloween, celebrada el 31 de octubre, es una festividad de origen pagano asociada con el arquetipo del signo de Escorpio en astrología. En países de habla hispana, es conocida como la Noche de Brujas, donde las celebraciones incluyen películas, maquillajes, disfraces, y decoraciones que evocan esqueletos, fantasmas y máscaras.
La palabra «Halloween» proviene de la contracción de la frase en inglés «All Hallow Even,» que se traduce como «la noche de todos los santos.» Su primer uso documentado se remonta al siglo XVIII, según el diccionario Merriam-Webster. Esta festividad tiene profundas conexiones con el más allá; se cree que es la noche en que los espíritus visitan el mundo de los vivos.
Los pueblos gaélicos de Irlanda, Escocia y la Isla de Man celebraban cuatro festividades principales: Imbolg (1° de febrero), Beltane (1° de mayo), Lughnasadh (1° de agosto) y Samhain (1° de octubre). El 31 de octubre, se celebraba el final de la cosecha y se preparaban para la oscura mitad del año. Durante la víspera de Samhain, el más allá y el mundo de los dioses se hacían visibles, lo que generaba temor entre los mortales. Para apaciguar a las deidades, realizaban sacrificios y rituales.
La tradición de Halloween se mantuvo hasta el siglo XIX, siendo popularizada en América del Norte a través de la migración irlandesa durante la “hambruna de la patata” (1845-1849). Las comunidades irlandesas llevaron sus costumbres del 31 de octubre a América, donde Halloween fue oficialmente aceptada, incluso en contextos más puritanos.
En Canadá, la festividad cobró fuerza en la década de 1920 y se expandió después de la Segunda Guerra Mundial. Durante Halloween, se cree que los espíritus regresan por unas horas, lo que lleva a las personas a encender chimeneas, crear faroles y dejar comida en la mesa para los visitantes del más allá.
La práctica de pedir «dulce o truco» tiene sus orígenes en las adaptaciones escocesas de la festividad, donde los jóvenes se disfrazaban de espíritus. Con el tiempo, los niños comenzaron a ir de puerta en puerta buscando golosinas. Esta interacción entre lo sagrado y lo festivo refleja la rica historia y el misticismo que envuelven a Halloween.