¿Te has preguntado alguna vez de dónde viene la tradición del árbol de Navidad? ¿Por qué es importante ponerlo en estas fechas?
El origen del árbol de Navidad es incierto y existen diferentes historias en torno a él. Una de ellas señala un origen pagano: los árboles de hoja perenne han sido una decoración estacional esencial desde la antigüedad como parte de las celebraciones del solsticio de invierno. Estas plantas decoradas simbolizaban la victoria de la vida y la luz sobre la muerte y la oscuridad.
No existe un dato exacto que indique el momento y el lugar donde estas tradiciones paganas se expandieron al resto del mundo. Lo que sí se sabe es que los orígenes del árbol navideño moderno se remontan a regiones con abundantes bosques, especialmente en el norte de Europa.
Uno de los datos más difundidos señala que fue en Letonia y Estonia donde surgió el primer árbol de Navidad. El registro más antiguo se remonta a 1510, cuando un gremio de mercaderes llamado House of the Black Heads paseó un árbol por la ciudad, lo decoró y posteriormente lo quemó.
También es posible que el árbol navideño haya nacido en Alemania. Alrededor del año 723, el misionero inglés San Bonifacio encontró a un grupo de paganos que preparaban un sacrificio en un roble dedicado al dios Thor. Bonifacio clavó un hacha en el árbol y, al no ser castigado por la deidad, proclamó que una planta de hoja perenne cercana era su “árbol sagrado”.
A partir de entonces, los árboles de hoja perenne comenzaron a formar parte de los ritos cristianos en Alemania. Con la emigración, esta decoración natural se trasladó a otros países, especialmente a Inglaterra.
Con el tiempo, los colonos introdujeron los árboles de Navidad en Estados Unidos. Al principio, la costumbre no fue bien recibida debido a sus raíces paganas, pero poco a poco, especialmente a finales del siglo XIX, fue ganando popularidad en distintas partes del mundo.






