Reconocer las señales de un infarto y actuar rápidamente es esencial para salvar vidas, de acuerdo con cardiólogos y especialistas. Aunque los síntomas pueden variar entre personas, existen signos de advertencia clave que no deben ignorarse, ya que actuar de inmediato puede marcar la diferencia en la supervivencia y recuperación del paciente.
Uno de los síntomas más comunes de un infarto es el dolor en el pecho, que puede sentirse como una presión intensa o una sensación de opresión. «Este dolor suele durar más de unos pocos minutos y, en muchos casos, se irradia hacia el brazo izquierdo, la mandíbula, el cuello o la espalda», explica el doctor Alejandro Jiménez, cardiólogo en el Instituto Nacional de Cardiología. Sin embargo, señala que en algunas personas, especialmente en mujeres, los síntomas pueden ser menos obvios y no siempre incluyen un dolor intenso en el pecho.
Otros signos de alerta incluyen:
- Dificultad para respirar: Muchas personas experimentan falta de aire incluso sin realizar esfuerzos físicos, lo que puede ocurrir junto al dolor en el pecho o de manera independiente.
- Sudoración excesiva: Sudor frío, sin razón aparente, es otro de los síntomas clásicos de un infarto.
- Mareo o sensación de desmayo: La reducción del flujo sanguíneo al cerebro puede causar mareos o vértigo.
- Náuseas o vómitos: Es más frecuente en mujeres y puede confundirse con síntomas de otros problemas estomacales.
- Fatiga inexplicable: La sensación de cansancio extremo, que no se alivia con descanso, es común en mujeres y personas mayores.
El doctor Jiménez destaca que los infartos en mujeres a veces se manifiestan de forma distinta: «La presión o incomodidad en la parte superior del abdomen o espalda, y el cansancio excesivo, son señales a las que se les debe poner especial atención».
En caso de presentar estos síntomas, los especialistas recomiendan buscar ayuda médica de inmediato, ya que los primeros minutos son cruciales para reducir el daño al corazón. Llamar al número de emergencias y evitar automedicarse es fundamental. Además, tener un estilo de vida saludable y realizar chequeos médicos periódicos puede reducir el riesgo de un infarto.
Reconocer estos signos y actuar con rapidez puede ser la clave para evitar una emergencia mayor y salvar vidas, por lo que la educación sobre los síntomas de infarto se ha convertido en una prioridad en campañas de salud pública en todo el mundo.