En el mundo de la música, a veces las historias detrás de las canciones pueden ser tan fascinantes como las propias composiciones. Tal es el caso de «Ojos de Gata» de Los Secretos y «Y nos dieron las diez» de Joaquín Sabina, dos piezas que comparten un intrigante comienzo y una historia entrelazada.
Ambas canciones arrancan con la misma estrofa, una que evoca una noche en un pueblo con mar y una figura detrás de la barra del único bar abierto. Al escucharlas, es natural preguntarse si se trata de una coincidencia o de una versión.
La historia se remonta a los inicios de los años 90, cuando Enrique Urquijo de Los Secretos y Joaquín Sabina, amigos y colegas en la industria musical, se encontraron en un bar madrileño. En medio de su charla, Urquijo confesó a Sabina que estaba luchando por encontrar inspiración para su próximo álbum.
Según la leyenda, Sabina compartió con Urquijo algunas estrofas que había creado recientemente, y Urquijo las plasmó en una servilleta. Más tarde, durante un viaje en taxi, Urquijo completó la letra de «Ojos de Gata» con esos versos iniciales. Lo que no sabía era que Sabina no tenía conocimiento de este acto.
Posteriormente, ambos artistas utilizaron los mismos versos para iniciar dos historias completamente diferentes. Los Secretos tituló su canción «Ojos de Gata», mientras que Sabina incorporó los versos en «Y nos dieron las diez». Cada uno había dado un giro único a la misma inspiración.
Cuando se descubrió la situación, surgieron tensiones entre los dos músicos. Con discográficas y posturas personales en juego, se intentó llegar a un acuerdo para que Sabina no lanzara su canción como sencillo, ya que Los Secretos planeaban hacerlo con «Ojos de Gata». A pesar de los intentos, Sabina no cedió y lanzó su canción como sencillo un año después de que Los Secretos publicaran la suya.