El lavado de ropa de cama es tan importante para mantener la salud, sin embargo muchas personas dejan de lado el lavado de las almohadas debido a que se deforman y quedan apachurradas, pero nosotros te decimos como lograr unas almohadas esponjosas y firmes que parecieran que están nuevas.
Los expertos determinan que las almohadas sean lavadas cada 6 meses dependiendo del uso que les des, o a que tanta suciedad esté expuestas, si vives en un lugar con más polvo del común entonces debes lavar más frecuentemente para poder eliminar los gérmenes acumulados, por la tierra, el sudor o grasita de la cara. Te recomendamos leer la etiqueta e instrucciones de lavado y ahí podrás identificar si su relleno es lavable o no y si son aptas para lavadoras.
Si tus almohadas son aptas para lavadora, por ejemplo, si están rellenas de algodón, poliéster o plumas sintéticas, sigue estas recomendaciones:
Elige un ciclo de lavado delicado.
Opta por agua fría y un detergente suave, evita usar cloro.
Bicarbonato de sodio y vinagre:
Al ciclo de lavado le puedes agregar 8 cucharadas de bicarbonato y 1/2 taza de vinagre.
Jugo de limón y agua oxigenada:
En una tina con agua tibia agrega 1/2 taza de jugo de limón y 1 taza de agua oxigenada, sumerge tu almohada durante 30 minutos y enjuaga en la lavadora.
Aceite de árbol de té:
El árbol de té no solo elimina las bacterias, también el moho. Mezcla 1/2 taza de bicarbonato con 10 gotas de aceite de árbol de té. Espárcelo en las manchas de tus almohadas y deja reposar 45 minutos, frota con un cepillo para retirar el exceso y lava.
Déjalas secar al aire libre en posición horizontal. Puedes hacerlo sobre una toalla, de preferencia a la sombra, para que no les dé el sol directo.
Trucos según el material de tus almohadas
Para las almohadas de plumas sintéticas usa un ciclo delicado con agua fría a tibia, Revisa muy bien las costuras, para evitar que el relleno se salga en el lavado.
Las almohadas rellenas de espuma o viscoelástica, esas que se adaptan a la forma de tu cabeza, no se recomienda meterlas a la lavadora. En esos casos, puedes usar un poco de jabón neutro con una esponja para tallar; retira el exceso con un trapo húmedo y deja secar.
Si el material es látex, se recomienda su lavado a mano, hazlo en una tina grande con un poco de detergente suave. Sumerge la almohada, sin frotar, escurre y deja secar al aire libre.