A lo largo del tiempo, la leyenda de La Llorona ha sido difundida y adaptada en múltiples versiones, cambiando constantemente debido a su naturaleza narrativa. Sin embargo, su esencia sigue generando temor y misterio en quienes la escuchan.
Una de las versiones más populares cuenta la historia de una mujer de clase baja que se enamoró de un hombre adinerado y casado. De esta relación nacieron dos hijos, y con la esperanza de que él dejara a su esposa, la mujer perdió el control. Desesperada, ahogó a sus hijos en un río y, desde entonces, su alma deambula en pena por las calles cada madrugada, lamentando su acción con gritos de arrepentimiento.
Testimonios aseguran que La Llorona aparece cada noche vestida con un traje blanco que cubre su cuerpo hasta sus pies descalzos. Su llanto perturbador es característico y, según los relatos, si se escucha de lejos, significa que está cerca; si se escucha cerca, en realidad está lejos.
Hay quienes afirman haber visto a La Llorona con el cabello muy largo y una cara que se asemeja a una calavera. Algunos relatos indican que su espíritu ataca a parteras, médicos y enfermeras que ayudan a mujeres embarazadas a interrumpir sus embarazos.
Otra teoría sugiere que La Llorona podría ser La Malinche, la mujer clave en la conquista española. Se dice que su conocimiento de las lenguas nativas y su dominio del español facilitaron la traducción y las alianzas entre los conquistadores y los enemigos de los mexicas. Su figura ha sido objeto de interpretaciones que la vinculan con la traición y el lamento.
Independientemente de la versión que se cuente, la leyenda de La Llorona sigue vigente en el imaginario popular, causando escalofríos a quienes aseguran haber escuchado su desgarrador lamento en la oscuridad de la noche.