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Limerencia, cuidado con este estado mental qué se confunde con el amor

Tener sentimientos por una persona tan intensos como para poder controlarlos o tener una gran necesidad de estar con esa “persona especial” podría no ser amor, sino limerencia, un estado alterado de la mente, similar a las adicciones o conductas compulsivas, asegura Natacha Duke, psicoterapeuta de la Clínica Cleveland de los Estados Unidos.

¿Qué es la limerencia?

La limerencia es un apego involuntario a otra persona que adquiere una cualidad obsesiva. Su característica más peculiar es que tiene una naturaleza involuntaria, es decir, las personas que la padecen experimentan sentimientos intensos hacia una persona que incluso puede no gustarles.

“Es posible que una persona en limerencia no quiera sentirse así. Es posible que [la otra persona] ni siquiera sea su ‘tipo’, pero hay algo en esa persona que la atrae y realmente la desencadena”, dice Duke.

Según la experta, la experiencia de la limerencia es similar a las adicciones y a otras conductas compulsivas, ya que, altera el estado mental y biológico de los pacientes.

La psicóloga Dorothy Tennov desarrolló el concepto de limerencia a fines de la década de 1970.

No es amor, es obsesión

Si bien, la limerencia suele suele implicar un deseo sexual intenso, esto no siempre es así, ya que este estado mental alterado también puede presentarse de forma “platónica”, esto quiere decir, entre amigos.

No obstante, asegura que, no es necesario que la persona con limerencia tenga una relación de algún tipo con el sujeto de sus sentimientos, ya que incluso, se puede experimentar por una persona a la que sólo se ha visto unas pocas veces o por una persona que no se conoce en absoluto, como una celebridad o alguien en redes sociales.

“La limerencia suele ser unilateral. Esto se debe a que el sentimiento principal que impulsa el vínculo es la incertidumbre, en concreto, la incertidumbre sobre si tu pareja corresponde a tus sentimientos. De hecho, no necesariamente tienes que preocuparte por alguien para formar un vínculo limerente con él. Se trata de obsesión, no de amor”.

Natacha Duke, psicoterapeuta de la Clínica Cleveland

¿Qué causa la limerencia?

La limerencia puede sufrirla cualquier persona. Sin embargo, las personas con deficiencia de neurotransmisores como la serotonina o dopamina, son más susceptibles, dice la especialista.

“Si tienes niveles bajos de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que son las “hormonas de la felicidad”, la atención de tu objeto limerente (la persona por la que se tienen los sentimientos) puede provocar un aumento repentino que afecte tanto a tu mente como a tu cuerpo. Es el refuerzo positivo definitivo”.

Natacha Duke, psicoterapeuta de la Clínica Cleveland

Otros factores que pueden desencadenar la limerencia son:

  • Apego inseguro
  • Trauma
  • Baja autoestima
  • Uso de redes sociales

¿Cuáles son las etapas de la limerencia?

La limerencia tiene tres etapas distintas: enamoramiento, cristalización y deterioro.

  • Etapa 1: Enamoramiento

La etapa de enamoramiento es cuando se establece una conexión real o percibida con un objeto limerente, que se puede o no conocer. Puede parecer similar al amor a primera vista, pero también puede ser gradual. Es posible que se comience a tener pensamientos o fantasías intrusivas sobre esa persona. Incluso, cuando interactúa con la persona “deseada” es probable que se esté ansioso y emocionado. También es común analizar en exceso las interacciones, “buscando pruebas” de que está interesada en ti.

  • Etapa 2: Cristalización

La cristalización es cuando los sentimientos desarrollados en la etapa de enamoramiento alcanzan su punto máximo. En ese momento “todas las dudas que se tenían sobre si la pareja era perfecta se disiparon”.

“El enamoramiento puede resultar agradable, como la emoción de un nuevo amor. La cristalización, no tanto. Tu interés se ha convertido en una obsesión. Los pensamientos y fantasías intrusivos ocupan gran parte de tu día. Sientes que tu identidad y tu fuerza de voluntad se están desvaneciendo a medida que te desesperas cada vez más por que tu objeto limerente corresponda a tus sentimientos”, explica Duke.

Incluso, la psicoterapeuta destaca que la profundidad del anhelo a veces es tan intensa que puede provocar:

  • Palpitaciones o latidos cardiacos acelerados
  • Pérdida del apetito
  • Transtornos del sueño
  • Dificultad para concentrarse
  • Problemas de estómago
  • Cambios de humor

Durante la etapa de cristalización, también es posible que haya comportamientos diferentes, como memorizar horarios para provocar “encuentros accidentales” todos los días, o bien, perder el tiempo esperando la respuesta de un mensaje.

“Tal vez te haces amigo de sus amigos con la esperanza de averiguar si tus sentimientos son recíprocos. Y mientras haces todo eso, estás descuidando otros aspectos de tu vida. En casos extremos, la compulsión provoca conductas peligrosas como el acoso o el hostigamiento”.

Natacha Duke, psicoterapeuta de la Clínica Cleveland

  • Etapa 3: Deterioro

La incertidumbre sobre el interés en una persona es la que mantiene la limerencia, pero cuando llega la “certeza” o la “verdad” es cuando comienza la etapa de deterioro.

“Tal vez tu objeto limerente te rechace directamente o lo haga indirectamente al salir o casarse con otra persona. Tal vez aprendas algo sobre él que derribe el pedestal en el que lo habías colocado. Puede que aceptes la realidad y aceptes que nunca lo conocerás. O puede que encuentres a alguien nuevo en quien centrarte; si tienes suerte, será alguien con quien puedas tener una relación más sana”.

Natacha Duke, psicoterapeuta de la Clínica Cleveland

Incluso, Duke sostiene que, aunque es poco frecuente, la limerencia también puede terminar cuando la persona logra construir una relación verdadera con la persona de su deseo. Esto, debido a que en ese escenario, se interrumpe la fantasía y emoción. Algo similar a lo que ocurre en el llamado “periodo de luna de miel”.

Durante la etapa de deterioro es posible que la persona con limerencia experimente:

  • Alivio
  • Empoderamiento
  • Realización
  • Decepción
  • Desesperanza
  • Culpa
  • Ira

La duración de limerencia, según datos médicos es de entre 18 meses y tres años, pero hay casos en los que la limerencia puede durar tan sólo unos días o hasta toda la vida.