Donald Trump asumió como presidente de Estados Unidos por segunda vez y, en su discurso inaugural, reiteró sus objetivos expansionistas. Entre sus declaraciones más controvertidas, afirmó que Estados Unidos recuperará el Canal de Panamá y cambiará el nombre del Golfo de México por el de Golfo de América. Estas afirmaciones han generado un debate tanto en el ámbito político como en el histórico, especialmente en lo referente a la identidad y el origen del nombre de este cuerpo acuático.
El Golfo de México recibe su nombre debido a la extensa costa mexicana que lo rodea. Durante la época de la conquista, los exploradores españoles comenzaron a nombrar los territorios y cuerpos de agua encontrados en sus expediciones. En ese contexto, este golfo fue denominado “Seno Mexicano”, en referencia al territorio que hoy conocemos como México, uno de los más importantes de la región en ese momento.
El descubrimiento europeo del Golfo de México se atribuye a Sebastián de Ocampo, un navegante español que circunnavegó la isla de Cuba entre 1508 y 1509. Durante varias décadas, el golfo fue considerado una extensión del Océano Atlántico o “Mar del Norte”, y su denominación varió en mapas y documentos. No fue hasta principios del siglo XVI que el nombre “Golfo de México” comenzó a consolidarse gracias a los mapas elaborados por exploradores europeos.
El Golfo de México es crucial como vía de acceso al continente norteamericano. Su conexión con el Atlántico a través del Estrecho de Florida y con el Mar Caribe por el Canal de Yucatán lo convierten en una ruta clave para la navegación y el comercio. Este cuerpo de agua es compartido por tres países: México, Estados Unidos y Cuba, con costas en las siguientes regiones:
En México:
- Tamaulipas
- Veracruz
- Tabasco
- Campeche
- Yucatán
En Estados Unidos:
- Florida
- Alabama
- Misisipi
- Luisiana
- Texas
En Cuba:
- Pinar del Río
- Artemisa
El Golfo de México se formó hace aproximadamente 300 millones de años como resultado de la tectónica de placas. Tiene una forma ovalada, con un ancho aproximado de 1,500 kilómetros y una cuenca que cubre alrededor de 1.6 millones de kilómetros cuadrados. La mayor parte de su fondo está compuesta por rocas sedimentarias y sedimentos recientes.
Está conectado al Océano Atlántico por el Estrecho de Florida, ubicado entre Estados Unidos y Cuba, y con el Mar Caribe a través del Canal de Yucatán, entre México y Cuba. Debido a estas conexiones, el Golfo de México experimenta oscilaciones de marea muy pequeñas.
