El inicio de un nuevo año trae consigo una oleada de motivación. Es el momento perfecto para plantearse nuevos objetivos y propósitos. Sin embargo, a medida que avanzan los días, mantener ese impulso y evitar la procrastinación puede ser un desafío. Por eso hoy veremos cómo sostener nuestra motivación y evitar caer en viejos hábitos.
1. Establece metas específicas y alcanzables
La procrastinación suele ocurrir cuando las metas son vagas o parecen inalcanzables. Para evitar este obstáculo, es esencial que definas objetivos claros y alcanzables. Lo ideal es desglosar las grandes metas en pequeños pasos, esto facilita que puedas ver el progreso de manera constante, lo que refuerza la motivación.
Por ejemplo, en lugar de decir «quiero estar en forma», puedes establecer una meta como «correr 30 minutos tres veces por semana durante los próximos dos meses». Este tipo de metas específicas hace que tu cerebro vea el objetivo como más alcanzable.
2. Comprende las razones de tu procrastinación
Procrastinar no siempre es solo una cuestión de pereza. A menudo, detrás de la procrastinación hay emociones como el miedo al fracaso, la ansiedad o la falta de autoconfianza, enfrentar estos sentimientos y comprender su origen es crucial para poder superarlos.
Para esto podemos poner en práctica la autoaceptación. En lugar de castigarte por procrastinar, explora las emociones que surgen cuando intentas trabajar en una tarea. ¿Sientes miedo de no hacerlo bien? ¿Te resulta abrumador? Reconocer estos sentimientos y aceptarlos es el primer paso para afrontarlos y tomar acción.
3. Usa la técnica del Pomodoro
La técnica del Pomodoro es una estrategia de gestión del tiempo que ayuda a mantener el enfoque y reducir la procrastinación. Consiste en dividir el tiempo en bloques de 25 minutos de trabajo intenso seguidos por 5 minutos de descanso. Este método es especialmente efectivo porque ayuda a tu cerebro a enfocarse en una tarea sin sentir que se está haciendo un esfuerzo interminable.
4. Recompénsate por los pequeños logros
El refuerzo positivo es una herramienta poderosa para mantener la motivación. Cuando logramos un objetivo, no importa lo pequeño que sea, nuestro cerebro libera dopamina, un neurotransmisor asociado con la sensación de recompensa y satisfacción. Aprovecha este mecanismo natural para mantener el impulso.
Después de completar una tarea o alcanzar un pequeño objetivo, permítete una recompensa. Puede ser un descanso, un pequeño capricho o hacer algo que disfrutes. Estas pequeñas recompensas te motivarán a seguir avanzando.
5. Cambia tu perspectiva: hazlo por ti mismo
La motivación interna es más sostenible que la externa. A menudo, nos sentimos motivados por factores externos, como el deseo de cumplir con las expectativas de los demás o la presión de la sociedad. Sin embargo, cuando tu motivación proviene de lo que realmente deseas para ti mismo, las probabilidades de éxito aumentan.
7. No te castigues por fallos temporales
Es normal tener altibajos en el camino hacia tus metas. La clave para evitar la procrastinación es no ser demasiado duro contigo mismo cuando algo no sale como esperabas. La autocompasión es esencial, ser amable contigo mismo reduce la ansiedad y aumenta la perseverancia.
La procrastinación puede ser un obstáculo para cumplir nuestros propósitos de Año Nuevo, pero con las estrategias adecuadas, podemos mantener el impulso y la motivación.