La meningitis, una enfermedad caracterizada por la inflamación de los tejidos que rodean el cerebro y la médula espinal, es un asunto de suma seriedad según advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta afección, que suele ser causada por una infección, puede ser mortal y demanda atención médica urgente.
Existen diversas causas de meningitis, incluyendo bacterias, virus, hongos y parásitos. La transmisión más común ocurre de persona a persona, aunque también puede ser desencadenada por traumatismos, cáncer o ciertos medicamentos.
La forma más peligrosa de meningitis, de origen bacteriano, puede llevar a la muerte en menos de 24 horas y puede afectar a personas de cualquier edad. Entre las bacterias más comunes que la provocan se encuentran el meningococo, el neumococo, el haemophilus influenzae y el estreptococo del grupo B.
Los síntomas de la meningitis pueden ser similares a los de la influenza e incluyen fiebre alta repentina, rigidez en el cuello, dolor de cabeza intenso, náuseas, confusión, convulsiones y erupción cutánea, entre otros.
La prevención juega un papel crucial en la lucha contra la meningitis. Medidas como lavarse las manos regularmente, practicar una buena higiene, mantener una dieta saludable y cubrirse la boca pueden ayudar a reducir el riesgo de contraerla. Además, existen vacunas disponibles, como la Hib, PCV13, PPSV23 y vacunas contra la meningitis y la tuberculosis.