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Oración a Santa Marta para hacer peticiones complicadas

Santa Marta es reconocida como la patrona de los imposibles, del hogar, de los cocineros, de las amas de casa, de los trabajadores domésticos, de las casas de huéspedes, hoteleros y lavanderos. Su figura es símbolo de fe, servicio y protección en momentos de dificultad.

Según el Evangelio de San Lucas, Jesús le dirigió las palabras: “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”. Este pasaje resalta su dedicación y entrega en el servicio.

Santa Marta es invocada por los fieles en situaciones urgentes, recordando su firme confianza en Jesús cuando pidió por la resurrección de su hermano Lázaro. En su encuentro con Cristo, expresó: “Señor, si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”, y con inquebrantable fe añadió: “Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo concederá”. Jesús respondió con la promesa: “Tu hermano resucitará”.

En el arte religioso, Santa Marta suele representarse vestida de azul o verde, con una cruz, un delantal y unas llaves, en actitud de servicio. En algunas imágenes aparece con un dragón a sus pies, simbolizando que su amor y entrega son un escudo contra el mal. Su historia sigue inspirando a quienes buscan fortaleza y confianza en Dios ante los desafíos de la vida.

Oración a Santa Marta

«Oh, Santa Marta milagrosa, me acojo a tu amparo y protección entregándome a ti, para que me ayudes en mi tribulación, y en prueba de mi afecto y agradecimiento, te ofrezco propagar tu devoción.

«Consuélame en mis penas y aflicciones, te lo suplico por la inmensa dicha que alegró tu corazón al hospedar en tu casa de Betania al Salvador del mundo; intercede por mí y por toda mi familia para que conservemos siempre en nuestros corazones a nuestro Dios viviendo en su gracia y detestando toda ofensa contra Él; para que sean remediadas nuestras necesidades y en especial esta que ahora me aflige (aquí se hace la petición).

«Te suplico que me ayudes a vencer las dificultades con la fortaleza con que venciste, por el poder de la Cruz, al dragón que tienes rendido a tus pies. Así sea. Amén»

Al final se reza tres veces el Padrenuestro, el Avemaría y un Gloria.1