La muerte, definida como el cese irreversible de las funciones vitales de un organismo, ha sido objeto de reflexiones filosóficas y religiosas durante siglos. Sin embargo, un reciente estudio científico liderado por Sam Parnia, del Departamento de Medicina del NYU Langone Health, arroja nueva luz sobre lo que ocurre en el cerebro y la mente en el momento de morir.
El estudio documentó “experiencias cercanas a la muerte” en pacientes que sufrieron un paro cardíaco. Según los resultados:
- Recuerdos lúcidos tras la muerte clínica: Cuatro de cada diez pacientes que sobrevivieron a un paro cardíaco reportaron experiencias conscientes mientras estaban inconscientes y eran reanimados con RCP, incluso hasta una hora después de que su corazón dejó de latir.
- Actividad cerebral superior: Los electroencefalogramas capturaron picos en ondas gamma, delta, theta, alfa y beta, asociadas con funciones mentales superiores, desafiando la idea de que el cerebro sufre daño irreversible 10 minutos después de la falta de oxígeno.
- Experiencias únicas y conscientes: Los sobrevivientes describieron percepciones de separación del cuerpo, observación de eventos sin dolor y evaluaciones significativas de su vida, distintas de alucinaciones, sueños o delirios.
Los investigadores plantearon que durante la muerte, el cerebro “desinhibe” sus sistemas naturales de freno, lo que podría permitir el acceso a recuerdos desde la infancia y abrir nuevas dimensiones de conciencia. Sin embargo, aún se desconoce el propósito evolutivo de este fenómeno. El estudio concluye que estas experiencias son una dimensión real, aunque poco comprendida, de la conciencia humana, y abre la puerta a investigaciones más profundas sobre lo que ocurre al morir.
Además de ofrecer una visión sobre la conciencia humana, los hallazgos podrían mejorar los protocolos de reanimación, prevenir lesiones cerebrales y tener implicaciones en procedimientos como trasplantes de órganos. A pesar de los avances, los investigadores señalan que aún no es posible probar o refutar la realidad de estas experiencias y afirman que se necesita más investigación empírica para comprender su significado y efectos psicológicos a largo plazo.