Muchos dueños de perros se encuentran conversando con sus mascotas a diario, preguntándoles si quieren salir, si han hecho sus necesidades o si desean una galleta. Pero, ¿realmente están prestando atención a lo que les decimos? Según estudios de la Facultad de Medicina Veterinaria Cummings de la Universidad Tufts, los perros se comunican principalmente de forma no verbal, por lo que para saber si están escuchando, es necesario observar su lenguaje corporal.
Existen cinco señales clave para interpretar el estado emocional de los perros y saber si están poniendo atención. Cuando un perro está relajado, su cuerpo tiende a aflojarse, mueve suavemente la cola, se recuesta o incluso parece sonreír. Si está emocionado o atento, puede saltar, mover mucho la cola o ladrar suavemente, lo que indica que está feliz y escuchando.
Sin embargo, también es importante estar atentos a señales de estrés o incomodidad. Un perro ansioso puede jadear, caminar en círculos o no concentrarse. Si está asustado, podría esconder la cola, temblar, evitar el contacto visual o pegar las orejas a la cabeza. En situaciones más extremas, como la agresividad, el cuerpo del perro se tensa, gruñe o enseña los dientes.
De acuerdo con una investigación publicada en Animal Cognition, los perros prefieren la voz aguda y el lenguaje meloso que usamos con ellos. Este tono infantil parece atraer más su atención que un lenguaje serio o plano. Sin embargo, escuchar no siempre significa obedecer, y lo que realmente capta su atención son ciertas palabras clave. Frases como “premio”, “pasear” o “paseo en coche” suelen generar una respuesta inmediata y fortalecen el vínculo entre dueño y mascota.
Para mejorar la comunicación con tu perro, se recomienda mezclar un tono alegre con gestos y palabras familiares. Un método eficaz es el “sándwich”: empieza con un elogio o premio para captar su atención, luego hazle una petición clara y termina con otro elogio o caricia. Ejemplos incluyen:
- “¿Quieres salir?” (dicho con entusiasmo mientras señalas la puerta).
- “Ve al baño” (con una instrucción clara mientras caminan juntos).
- “¡Muy bien!” (acompañado de una caricia).
Si notas que tu perro no responde, no hace contacto visual, no mueve la cola o se aleja cuando le hablas, podría no estar escuchando. En esos casos, es recomendable consultar con un veterinario para descartar posibles problemas auditivos. Entender las señales de tu perro y cómo interactuar con él de manera efectiva no solo mejora la comunicación, sino que también fortalece la relación con tu fiel compañero.