La increíble historia de Dindim, un pingüino de Magallanes, y João Pereira de Souza, un pescador retirado, conmovió al mundo entero. Su vínculo, forjado a miles de kilómetros y años de lealtad, es un testimonio de la sorprendente conexión entre humanos y animales.
En mayo de 2011, João encontró a Dindim en la playa de Provetá, cubierto de petróleo y moribundo. Con paciencia y dedicación, lo limpió y alimentó hasta que recuperó su salud. Tras su recuperación, João lo liberó, pensando que nunca más lo vería. Pero para su asombro, Dindim regresó a los pocos meses, marcando el inicio de una amistad extraordinaria.
Cada año, entre junio y febrero, Dindim regresaba fielmente a la casa de João en Ilha Grande. Tras unos ocho meses juntos, el pingüino desaparecía por cuatro meses, probablemente para su migración anual a la Patagonia. Se estima que Dindim recorría miles de kilómetros (hasta 8,000 km) anualmente solo para reencontrarse con su amigo humano. Esta inusual migración por lealtad asombró a biólogos y amantes de los animales.
La historia de Dindim y João se volvió viral, captando la atención mundial y demostrando la profunda conexión que puede existir entre especies. Aunque las visitas de Dindim cesaron alrededor de 2016-2017 (posiblemente por causas naturales o porque el pingüino formó su propia familia), su conmovedora amistad inspiró incluso la película «Mi amigo el pingüino» (2024). El legado de Dindim y João perdura como un poderoso recordatorio de la lealtad y el amor incondicional en el reino animal.