A medida que llega diciembre, muchas regiones del hemisferio norte experimentan una caída significativa en las temperaturas, marcando el inicio del invierno. Pero, ¿qué provoca este cambio estacional y el frío característico de esta época del año?
La razón principal detrás de las bajas temperaturas en diciembre es la inclinación del eje terrestre. La Tierra gira alrededor del Sol inclinada aproximadamente 23.5 grados respecto a su eje. Durante diciembre, el hemisferio norte está inclinado lejos del Sol, lo que significa que los rayos solares llegan de forma más indirecta y cubren una mayor área, reduciendo la cantidad de calor que se recibe en cada punto.
Además, los días son más cortos en esta época del año. Con menos horas de luz solar, la superficie terrestre no tiene tanto tiempo para calentarse, lo que contribuye al enfriamiento general de la atmósfera.
Por otro lado, mientras el hemisferio norte se enfría, el hemisferio sur experimenta temperaturas más cálidas debido a que está inclinado hacia el Sol, dando lugar al verano en esa región.
Factores adicionales, como la acumulación de nieve y hielo, amplifican el frío al reflejar la mayor parte de la luz solar, en lugar de absorberla. Esto crea un círculo vicioso donde las superficies congeladas mantienen bajas las temperaturas.
Aunque las temperaturas invernales varían según la ubicación, las corrientes oceánicas, la altitud y otros factores, la inclinación del eje terrestre sigue siendo la causa principal del frío en diciembre.
Esta explicación científica nos recuerda cómo el movimiento de nuestro planeta en el espacio tiene un impacto directo en nuestra vida diaria, determinando no solo las estaciones, sino también la forma en que vivimos y nos adaptamos al entorno.