Grandes medios de comunicación como The Guardian, La Vanguardia y Dagens Nyheter anunciaron su salida de la red social X, antes conocida como Twitter, argumentando la creciente desinformación y el ambiente tóxico desde que Elon Musk asumió el control en 2022. A estas salidas se suman otras instituciones, famosos y usuarios que abandonan la plataforma, señalando su transformación en un espacio hostil y poco confiable.
El diario británico The Guardian confirmó su decisión el 13 de noviembre, destacando que el sitio ya no representa un espacio adecuado para dedicarle recursos. Según el medio, Musk ha utilizado su influencia para moldear el discurso político y permitir la viralización de contenidos tóxicos.
La Vanguardia, de España, denunció a X como un “amplificador de teorías de conspiración y desinformación sin moderación efectiva”, mientras que el sueco Dagens Nyheter calificó el ambiente de la plataforma como “duro y extremo”.
A nivel global, medios como NPR, PBS y la Australian Broadcasting Corporation ya habían reducido o cesado sus actividades en X, marcando una tendencia que refleja un cambio en la manera en que las empresas periodísticas gestionan su presencia digital.
Elon Musk respondió a las críticas con una publicación que refuerza su postura escéptica hacia los medios tradicionales. Citando a un usuario, señaló: “Es sorprendente la cantidad de mentiras que la persona promedio cree gracias a los medios de comunicación”. Agregó: “¡Envíenles enlaces de X.com a sus amigos para que sepan qué está pasando realmente!”.
El éxodo no se limita a los medios. Celebridades como Elton John, Jamie Lee Curtis, Bette Midler y Jim Carrey han eliminado sus cuentas o cesado actividad en la plataforma. Instituciones como el FC St. Pauli, equipo de la Bundesliga, argumentaron que X se ha convertido en un “amplificador de odio” que fomenta racismo y teorías conspirativas.
Incluso eventos internacionales, como el Festival de Cine de Berlín (Berlinale), anunciaron su retirada para finales de 2024, optando por fortalecer su presencia en plataformas alternativas como Instagram y Bluesky.
Bluesky Social, una red con interfaz similar a X, reportó un millón de nuevos usuarios en solo 24 horas, consolidándose como una alternativa para quienes buscan un entorno más moderado y confiable.
Bart Cammaerts, de la London School of Economics, atribuyó las salidas a un rechazo hacia la desinformación y la polarización política impulsada por Musk, quien abiertamente apoyó a Donald Trump en las elecciones estadounidenses.
Silvia Majo-Vázquez, de la Universidad Libre de Ámsterdam, opinó que los medios buscan plataformas más efectivas para captar audiencias jóvenes en entornos menos conflictivos.
Por su parte, Reporteros Sin Fronteras calificó este fenómeno como un “síntoma del fracaso de las democracias en regular las plataformas digitales”, alertando sobre la incapacidad de garantizar espacios donde la información periodística pueda circular libremente.
La salida de estos actores clave marca un punto de inflexión en el uso de X como espacio de debate e información. Mientras Musk insiste en su visión, otros actores buscan reconstruir su presencia en plataformas más seguras y con mayor credibilidad.