Durante la Semana Santa, tiempo de reflexión para los fieles católicos, una de las tradiciones más simbólicas es la de cubrir las imágenes religiosas con telas. Aunque no es una práctica obligatoria, este acto busca preparar espiritualmente a los creyentes para la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
El padre José de Jesús Aguilar, de la Arquidiócesis de México, explicó que esta costumbre, presente en algunos templos durante la Cuaresma y especialmente en la Semana Santa, tiene como propósito generar un ambiente de recogimiento y evitar distracciones visuales que alejen a los fieles del sentido profundo de estos días.
De acuerdo con el medio católico Desde la Fe, la tela que cubre las imágenes, por lo general de color morado, representativo del tiempo litúrgico, simboliza el duelo por la muerte de Jesús y refuerza el espíritu de penitencia. La tradición suele iniciar a partir del quinto domingo de Cuaresma y se mantiene hasta el Viernes Santo.