Las hemorroides, conocidas también como almorranas, son un problema común que afecta a una significativa proporción de la población. Datos del Gobierno Federal y del Hospital General de México, retomados por la UNAM, indican que este padecimiento afecta al 5% de la población mexicana y al 35% de la población mundial. A pesar de su prevalencia, muchas personas se sienten incómodas al hablar de ellas.
Las hemorroides son venas hinchadas en el ano y la parte inferior del recto. Estas se dividen en dos tipos: internas, que se forman en el revestimiento del ano y el recto inferior, y externas, que se forman debajo de la piel alrededor del ano. Las causas de las hemorroides son diversas e incluyen:
- Estreñimiento y esfuerzo al defecar.
- Mala posición al defecar.
- Levantamiento frecuente de objetos pesados.
- Embarazo.
- Obesidad.
- Diarrea crónica.
- Dieta baja en fibra.
- Componente genético.
- Sedentarismo y falta de ejercicio.
- Alto consumo de alimentos ultraprocesados.
- Alcoholismo y tabaquismo.
- Práctica del sexo anal.
- Estrés, que puede causar presión sobre el recto.
Los síntomas varían según el tipo de hemorroide. Las hemorroides internas pueden causar sangrado sin dolor, mientras que las externas pueden provocar picazón, irritación, dolor, hinchazón y sangrado. En casos graves, una hemorroide externa puede formar un coágulo, resultando en una hemorroide trombosada con síntomas de dolor intenso, hinchazón e inflamación.
Es crucial no automedicarse ante un sangrado rectal, ya que puede ser indicativo de condiciones más graves como fisuras anales o cáncer colorrectal. Para prevenir las hemorroides, se recomienda:
- Beber suficiente agua (dos litros al día).
- Consumir una dieta alta en fibra y vegetales verdes.
- Reducir el consumo de sal.
- Realizar ejercicio regularmente.
- Evitar esfuerzos al defecar y alzar grandes pesos.
El tratamiento de las hemorroides depende de la gravedad de los síntomas. En casos leves, se aconsejan cambios en la dieta y evitar estar sentado mucho tiempo en el inodoro. En casos moderados, se pueden usar laxantes, supositorios y pomadas. Para síntomas severos, los tratamientos incluyen ligamentos con bandas de hule, coagulación infrarroja, escleroterapia y cirugía.
