En febrero de 2026, la Carnicería Madero de Matehuala alzará las copas para celebrar medio siglo de vida, una historia de tenacidad y sabor inigualable forjada por su fundador, el señor Ramón Sánchez. Conocido en toda la región por el toque único que imprime a su menudo, su jugosa barbacoa y sus crujientes chicharrones, don Ramón ha convertido su negocio en un referente gastronómico.
El camino hacia el éxito no fue sencillo. Ramón Sánchez recuerda con humildad y gratitud sus comienzos, marcados por muchas carencias. “Doy gracias a Dios que logré superar esa etapa”, comenta, orgulloso de contar hoy con todas las herramientas necesarias para su labor.
La vocación de Ramón Sánchez nació desde muy joven. En su niñez se dedicó a ser bolero y, posteriormente, vendía carne por kilos directamente en los hogares. Esta experiencia le abrió las puertas para trabajar en el área de carnes de Chalita, un paso crucial antes de materializar su sueño con la Carnicería Madero.
A lo largo de estas casi cinco décadas, don Ramón ha sido testigo y protagonista de la evolución de su oficio. Recuerda las herramientas rústicas de antaño y valora las maquinarias modernas que hoy optimizan su trabajo. Su secreto, sin embargo, sigue siendo el mismo: una “receta secreta” que garantiza el sabor y que se complementa con su aclamado “Chorizo San Ramón”. “Consiento a mis clientes con el sabor”, asegura, y agradece la confianza y fidelidad que le han demostrado durante tanto tiempo.
En este camino de éxito ha estado acompañado por su familia. Su hijo, también llamado Ramón Sánchez, se unió a las voces de gratitud, extendiendo un reconocimiento especial a los clientes y, sobre todo, al arduo trabajo y esfuerzo inquebrantable que su padre ha dedicado para levantar y mantener el prestigio de la Carnicería Madero.
La celebración del 50 aniversario no es solo un festejo por un negocio, sino el reconocimiento a la trayectoria de un hombre que, con amor por su trabajo, ha dejado una huella imborrable en la tradición culinaria de Matehuala.