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Ritual del 1° de julio: una tradición para atraer la prosperidad y dejar atrás la mala energía

El inicio de julio marca simbólicamente un nuevo comienzo en el año.

Con la llegada de julio, muchas personas aprovechan el primer día del mes para realizar rituales que les permitan renovar su energía, atraer prosperidad y soltar cargas emocionales. Estas prácticas, heredadas de tradiciones populares y creencias espirituales, han ganado fuerza en diversas regiones de México y América Latina como una forma de hacer un “reinicio” simbólico del año.

Uno de los rituales más comunes consiste en barrer la casa hacia afuera justo al amanecer del 1° de julio. Según la creencia, este acto representa sacar la energía negativa acumulada durante los primeros seis meses del año y abrir espacio para nuevas oportunidades.

Otra práctica extendida es escribir en un papel las experiencias, emociones o hábitos que se desean dejar atrás, y luego quemarlo mientras se agradece por las lecciones aprendidas. Paralelamente, se recomienda escribir una lista de metas o deseos para el segundo semestre, guardarla en un lugar especial y revisarla a fin de año.

Algunas personas también encienden velas de colores: doradas para atraer el dinero, blancas para la paz, verdes para la salud o rojas para el amor. Acompañadas de oraciones, afirmaciones o música relajante, las velas ayudan a crear un ambiente de intención y enfoque.

Aunque no hay evidencia científica que respalde la eficacia de estos rituales, psicólogos coinciden en que este tipo de actos simbólicos pueden tener efectos positivos en el bienestar emocional, al generar sensación de control, esperanza y motivación.

Con o sin creencias espirituales, el inicio de julio se ha convertido para muchos en una oportunidad para detenerse, reflexionar y proyectar un mejor cierre de año.