La industria química es la base de diversas ramas industriales como la alimenticia, con los conservadores y edulcorantes artificiales, o como la de autopartes con la creación de nuevos polímeros para el desarrollo de piezas más resistentes y más ligeras.
Sin embargo, la química también está ligada a ramas de actividad menos atractivas, como la disposición final de cadáveres.
Prestadores de servicios funerarios de México y del mundo han optado por la innovación de su portafolio con la incorporación de procesos distintos a la cremación o inhumación de personas que perdieron la vida.
Uno de ellos es la hidrólisis alcalina, un proceso químico en agua que incorpora el hidróxido de potasio o potasa cáustica (como también se le conoce) y el hidróxido o hidrato de sodio, mejor conocido como sosa cáustica.
La aquamación, como su nombre indica, consiste en desechar un cuerpo mediante agua en lugar de fuego. Se considera una alternativa más natural, ética y respetuosa con el medio ambiente que la cremación o el entierro. También se denomina cremación en agua, hidrocremación o biocremación.
Es un proceso con base en agua y altas temperaturas, a través del cual los restos humanos se reducen a cenizas. Además genera un menor impacto ambiental.






