San Cipriano, obispo y mártir de la iglesia católica, es venerado por millones de devotos en todo el mundo. Nacido en un hogar acomodado, Cipriano llevó inicialmente una vida pagana, pero su conversión al cristianismo lo llevó a vender todos sus bienes para difundir la fe, especialmente durante un brote de plaga. Su firmeza en la creencia cristiana le costó la vida, siendo decapitado en Cartago, África, donde ejerció como obispo desde el año 249.
Hoy en día, San Cipriano es conocido como el santo al que los feligreses recurren en momentos de dificultad económica. Una oración poco conocida que se le reza para atraer la abundancia y asegurar que el dinero sea suficiente para cubrir necesidades es la siguiente:
“Soy servidor de ti en mi plegaria fervorosa y confío plenamente que habrás de comprenderme, mi pedido es de angustia y desazón. Mi cartera se ha vaciado a lo largo de los días y he quedado desvalido en recursos materiales, mis ahorros se han fundido, ni un billete me ha quedado en mi bolsillo, ¡oh, Señor! Yo te ruego en mi esperanza y fe vencida que me alivies con tu ayuda engrandecida por tu amor, oh, beato de los pobres y sufrientes, mi pedido está en tu imagen de pureza, yo te imploro San Cipriano, que concedas ese alivio a mis carencias, mis miserias y faltantes… ¡Pues sin nada no podría subsistir! Tú, tan justo y tan noble, con Justina de la mano de tu estampa, yo te ruego, San Cipriano, no me olvides en mi espanto y mi miseria que me abrasa con su fuego, dame alivio con la ayuda que te imploro, oh, divino y puro Celestial, necesito me oigas la oración. Pues tengo ansias del dinero que me calme esta desidia, ¡oh, patrón de mi esperanza! Dame ayuda en mi oración! Trae a mis bolsillos flacos un dinero para saldar deudas y poder estabilizarme, por favor! Amén”.
Además de sus oraciones por el bienestar económico, San Cipriano es también invocado en situaciones de problemas amorosos. Su conexión con la cultura africana, donde se practicaban ritos mágicos, lo llevó a ser considerado un protector contra hechizos y trabajos de magia negra. Se le atribuye la autoría de «El libro de San Cipriano», que es utilizado como guía de protección contra maleficios.