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¿Para que sirven los cotonetes?

Lejos del oído, los cotonetes sí tienen múltiples usos prácticos y seguros en la vida diaria

Durante décadas, los cotonetes o hisopos han sido utilizados de forma habitual en los hogares como una herramienta para la higiene del oído; sin embargo, médicos y especialistas advierten que se trata de una práctica desaconsejada y potencialmente riesgosa.

De acuerdo con información de la agencia Europa Press, estos pequeños palillos con algodón nunca fueron diseñados para introducirse en el conducto auditivo. Su uso se popularizó con el paso del tiempo, pero su función original estaba enfocada en la higiene externa y el cuidado infantil.

La creación de los cotonetes se remonta a principios del siglo XX y se atribuye a Leo Gerstenzang, un inventor polaco-estadounidense que se inspiró en una escena cotidiana, al observar cómo su esposa colocaba algodón en palillos para limpiar con delicadeza zonas sensibles de su bebé. El producto fue comercializado inicialmente con un enfoque claro en la higiene infantil y no en la limpieza interna del oído.

Con el paso de los años, su uso se desvió hacia la eliminación del cerumen, pese a que introducir objetos en el canal auditivo nunca formó parte de su finalidad. Especialistas citados por la BBC coinciden en que los hisopos no extraen la cera, sino que suelen empujarla hacia el interior, compactándola contra el tímpano. Esto puede ocasionar la formación de tapones, sensación de oído tapado, disminución temporal de la audición e incluso lesiones si se aplican con demasiada fuerza.

Además, los expertos subrayan que el cerumen no es suciedad, sino que cumple una función protectora. “Ayuda a atrapar polvo y partículas, lubrica el conducto y actúa como barrera frente a bacterias. El oído, de hecho, se limpia solo de forma natural, expulsando poco a poco el exceso de cera hacia el exterior”, destacó Europa Press.

Lejos del oído, los cotonetes sí tienen múltiples usos prácticos y seguros en la vida diaria, precisamente aquellos para los que fueron concebidos: tareas pequeñas que requieren precisión y suavidad. Entre ellos se encuentran la limpieza de ranuras de teclados y pequeños recovecos, la eliminación de polvo en rejillas de ventilación y aparatos electrónicos, la aplicación o corrección de maquillaje, el retoque de esmalte de uñas, la limpieza cuidadosa de puertos de carga y lentes de cámaras, así como la aplicación de pegamento o pintura en manualidades.

En estos casos, el hisopo funciona como un aplicador de precisión, que es exactamente el propósito para el cual fue creado.