SliderTiempo de cineVida y Entretenimiento

[VIDEO] Tiempo de Cine: F1

Por Hares Barragán

Hay películas que se ven, y hay películas que se sienten. “F1: The Movie” es de las segundas. No importa si nunca has seguido una carrera, si no sabes qué es una vuelta rápida o si crees que la Fórmula 1 solo es dar vueltas en círculo. Esta cinta, dirigida por Joseph Kosinski, no es solo un despliegue técnico impecable, es una historia que te atrapa, te sacude y no te suelta hasta la última curva.

Desde la primera escena, queda claro que estamos ante un producto visualmente deslumbrante. Las tomas reales en pista, capturadas por el genio de la cinematografía Claudio Miranda, hacen que el espectador sienta cada vibración del motor, cada curva, cada sobrepaso. Estás dentro del auto. Punto.

Y como si eso no bastara, la película suena como debe sonar. El infalible Hans Zimmer construye un diseño sonoro que transmite potencia, tensión y drama. Pero lo más sorprendente no es el estruendo, sino el silencio. Porque Zimmer sabe cuándo callar, y ese silencio se indispensable. Esos segundos sin ruido, con sólo el pulso del personaje y el zumbido del miedo, son oro puro.

Brad Pitt es otro acierto. Interpreta a Sonny Hayes, “el más grande que nunca existió”, un exprodigio de la F1 que regresa a las pistas tres décadas después, tras un accidente que lo alejó del campeonato. Y lo hace con ese carisma que nunca falla. Pitt está cómodo, contenido, pero profundo. Entiendes sus heridas, celebras su regreso y te emocionas con su última oportunidad.

La historia tiene todos los ingredientes del cine deportivo clásico: caída, redención, mentor y discípulo. Pero hay algo más. Está el drama humano, la nostalgia, la rivalidad interna y, sobre todo, esa sensación de que no se puede correr solo. Sonny Hayes se enfrenta a sus fantasmas, mientras comparte escudería con el joven talento Joshua Pearce (Damson Idris), y el dilema es claro: ¿cómo convivir con tu reemplazo sabiendo que quiere exactamente lo que tú perdiste?

Javier Bardem, como Rubén Cervantes, el viejo amigo y dueño de la escudería al borde del colapso, aporta intensidad y madurez a un reparto que, además, se enriquece con la presencia de pilotos reales. Sí, Checo Pérez aparece, y para los fanáticos del automovilismo, ese detalle es un regalo. Le da autenticidad. Le da alma.

“F1: The Movie” no es solo para fans de la F1. Es cine para cualquiera que alguna vez haya querido una segunda oportunidad. Es una película sobre velocidad, sí, pero también sobre detenerse y mirar atrás. Y lo mejor: se disfruta en pantalla grande, como debe ser.

Kosinski y compañía no solo filmaron carreras. Filmaron emociones. Y eso es lo que hace que esta película funcione tan bien. No es sobre autos. Es sobre personas que corren como si su vida dependiera de ello. Y muchas veces, así es.