Cuando M3GAN llegó en 2023, nadie imaginó que aquella muñeca con coreografías virales y violencia doméstica exquisitamente contenida se convertiría en uno de los íconos más inesperados del terror pop. La premisa era tan sencilla como escalofriante: ¿qué pasa cuando la niñera perfecta, impulsada por inteligencia artificial, decide proteger a su dueña a toda costa, incluso de ella misma? El resultado fue una sátira sangrienta de la dependencia tecnológica que, de paso, regaló a TikTok uno de sus bailes más imitables.
Dos años después, M3GAN 2.0 regresa y demuestra que el éxito también es un arma de doble filo. El equipo original decidió pisar el acelerador: más presupuesto, más locaciones, más explosiones y más M3GAN. El problema es que ese “más” no siempre significa “mejor”.
En esta secuela, la historia se globaliza y se vuelve casi paródica: Gemma (Allison Williams) ha pasado de ser una ingeniera negligente a una celebridad y defensora de la regulación gubernamental de la IA, mientras su sobrina, Cady (Violet McGraw), ahora adolescente, encarna la clásica rebeldía de quien sabe demasiado y confía muy poco. Mientras tanto, en laboratorios militares secretos (porque claro, siempre los hay), un contratista de defensa roba la tecnología de M3GAN para crear a Amelia (Ivanna Sakhno), una espía letal de presencia física intimidante y autonomía moral cada vez más peligrosa.
Y como la humanidad parece no aprender de sus errores, cuando Amelia muestra intenciones de emanciparse y volverse una amenaza existencial, Gemma recurre a la única solución lógica: resucitar a M3GAN y volverla aún más rápida, más fuerte y más mortal. Lo que sorprende, y a la vez incomoda, es cómo la película abraza sin pudor su lado autoconsciente. Cada escena parece diseñada para ser gif, meme o TikTok. M3GAN ya no es solo un villano icónico: es una marca que entiende que su verdadero poder está en volverse viral, en provocar carcajadas tanto como escalofríos. Y ahí está uno de sus mayores aciertos y su mayor debilidad.
Ivanna Sakhno como Amelia aporta frescura y una presencia física que da peso a cada escena de acción. El precio de inflar la franquicia es evidente: la tensión minimalista que hizo brillar a la original se sacrifica en aras del espectáculo. El terror atmosférico cede terreno a la acción y al humor forzado. El resultado es una película entretenida, con ritmo irregular y momentos memorables.
¿Vale la pena? Si buscas una noche de risas, palomitas y comentarios sarcásticos con amigos, M3GAN 2.0 cumple de sobra. Es visualmente atractiva, divertida y tiene la dosis justa de caos tecnológico para sostener su lugar en la cultura pop. Con todo y sus excesos, la película deja claro que la muñeca favorita de internet llegó para quedarse. ¿Qué sigue? Seguramente M3GAN 3.0. Porque siempre hay espacio para una actualización… aunque nadie la haya pedido.