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¿Tu perrita puede tener un embarazo psicológico?

¿Sabías que el embarazo psicológico en perras es un fenómeno más común de lo que se piensa? Conocido también como pseudogestación, es importante entender este proceso si tienes mascotas hembras, para reconocer cuándo ocurre, cuáles son sus consecuencias y qué hacer al respecto.

La pseudogestación es una condición no patológica que requiere atención veterinaria. Se presenta aproximadamente entre el primer y segundo mes después del celo, cuando los niveles de progesterona en el cuerpo de la perra disminuyen bruscamente. Esto desencadena cambios hormonales y físicos que hacen que parezca que está embarazada, aunque no lo esté.

Los síntomas pueden variar entre una perra y otra, pero los más comunes incluyen:

  1. Aumento de las glándulas mamarias, que incluso pueden producir leche.
  2. Preparación del nido, buscando un lugar tranquilo para anidar.
  3. Comportamiento maternal, como lamer o cuidar objetos, juguetes o incluso otros animales.
  4. Cambios en el apetito.
  5. Letargo o nerviosismo.
  6. Depresión o falta de interés en actividades habituales.

Ante la sospecha de un embarazo psicológico, es crucial que la perra reciba atención veterinaria inmediata para descartar otras causas de sus síntomas y recibir asesoramiento sobre cómo manejar la situación. El especialista puede recomendar medidas como evitar acariciarla en la zona abdominal, prohibirle anidar, aumentar el ejercicio físico, ajustar su dieta y, en algunos casos, recetar medicamentos o suplementos hormonales.

Es importante mencionar que el embarazo psicológico suele desaparecer por sí solo en unas pocas semanas a medida que los niveles hormonales se normalizan. Sin embargo, si los síntomas persisten o son graves, es fundamental consultar con el veterinario para obtener más ayuda.

Para prevenir el embarazo psicológico, la esterilización es la opción más efectiva. Si no deseas esterilizar a tu perra, habla con su médico sobre otras opciones de prevención, como el uso de anticonceptivos hormonales o la programación de celos falsos.