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¿Descalzo en casa? Beneficios y riesgos de esta práctica

Andar descalzo en casa es una práctica común, pero sus efectos en la salud son un tema de debate. Los defensores argumentan que fortalece los músculos del pie, mejora el equilibrio y la circulación, y reduce el estrés.

Al caminar descalzo, los músculos del pie trabajan de forma natural, lo que puede fortalecerlos y mejorar la estabilidad. Además, la planta del pie cuenta con numerosos receptores sensoriales que informan al cerebro sobre la posición y el movimiento del cuerpo.

Al andar descalzo, se estimulan estos receptores, lo que mejora el equilibrio. El contacto directo de la piel con el suelo puede tener un efecto relajante y reducir el estrés. Al no tener presión del calzado, la circulación sanguínea mejora. En bebés, ayuda a entender mejor su entorno y a desarrollar sus habilidades motoras.

Sin embargo, andar descalzo aumenta el riesgo de lesiones como cortes, pinchazos y golpes, especialmente en hogares con niños pequeños o mascotas. El contacto directo con el suelo puede aumentar el riesgo de contraer infecciones por hongos y bacterias, especialmente en baños y otras áreas húmedas.

Las personas con diabetes deben tener especial cuidado, ya que tienen un mayor riesgo de sufrir lesiones e infecciones en los pies. Andar descalzo en superficies duras o irregulares puede causar problemas en la estructura del pie, como fascitis plantar o dolor en el arco.