La sequía que azota al Lago de Pátzcuaro ha alcanzado su punto más crítico, dejando a la comunidad de Jaracuaro, situada a escasos 300 metros de la isla de Janitzio, sumida en una situación desesperada. Antaño, estas tierras eran testigos de nadadores y pescadores, pero ahora se puede cruzar una gran parte caminando debido a la disminución del nivel del agua.
A pesar de los esfuerzos gubernamentales, como la creación de un comité para el rescate y defensa del lago, la situación en la parte poniente de Pátzcuaro es catastrófica. La zona navegable con peces ha sido reemplazada por terrenos de cultivos de trigo, avena y haba, entre los que las camionetas se abren paso en medio de una tierra árida e inestable.
Las principales causas de esta crisis son la falta de lluvia y el saqueo desenfrenado, a través de pipas para cultivos irregulares y venta en comunidades aledañas, según denuncian integrantes del Consejo Comunal. Cada pipa de agua robada se comercializa hasta en 2 mil pesos.
Aunque la Secretaría de Seguridad Pública ha anunciado operativos para combatir este robo de agua, deteniendo incluso a presuntos responsables de huachicoleo, la extracción de pozos continúa, bajo el amparo de la ley según las autoridades.
La falta de turismo, debido al nivel de sequía en esta parte del lago, ha golpeado duramente a los artesanos de Jaracuaro, quienes reportan bajas ventas de sus productos. Por ello, hacen un llamado a las autoridades para que presten atención a esta comunidad en crisis.