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Qué es y cómo conseguir un orgasmo cervical, el más largo y profundo de los orgasmos

Todo el mundo sabe qué es un orgasmo. Incluso algunas veces hemos tratado ese tema y las mejores maneras de alcanzar uno mediante la masturbación e incluso de qué hacer si ya no disfrutas tanto como en un inicio. Pero ¿son iguales todos los orgasmos? Hoy te hablamos de uno que puede que sea un gran desconocido: el orgasmo cervical, también conocido como de cérvix o cérvico-uterino. 

Durante la excitación, el cérvix lubrica y cuando llega al orgasmo, se contrae. Esta zona cuenta con más “canales” que llevan información sensorial al cerebro, según afirman numerosos estudios médicos. Fisiológicamente, el orgasmo alcanzado con la estimulación del cuello uterino y la vagina (que se producen a la vez), es diferente del producido por el clítoris. 

La información sensorial del clítoris va al cerebro a través del nervio pudendo y la de la vagina y del cuello uterino, se transmite por el nervio vago, hipogástrico y pélvico. Tres a uno.

Según los especialistas, la inigualable sensación de placer que provoca estimular al cérvix y tener un orgasmo cervical, se debe a que tiene tres nervios conectados al cerebro. A su vez, durante la excitación, el cérvix se lubrica y cuando llega el orgasmo se contrae, enviando sensaciones de placer a todo el cuerpo.

Para estimular esta zona debes estar muy concentrada y relajada. Puede suceder por medio de la penetración, en posición de cuatro, o con los dedos de tu pareja lo más profundo posible. Si estás sola, puedes hacerlo tú misma de igual manera o con un juguete sexual.

Cuando tengas controlado dónde está, cómo estimularlo y cuáles son los movimientos que más te gustan, puedes probar a buscarlo con tu pareja. Las posturas que facilitarán una estimulación de tal manera que podrás conseguirlo con una mayor penetración, como la postura del perrito o la que se llama la “L”. 

Puedes llegar al orgasmo cervical no solo con el pene de tu pareja, sino con un arnés (un cinturón con estimulador incorporado), con un vibrador doble o con ayuda del mismo estimulador del que te hablábamos antes, esta vez maniobrado por tu pareja. Solo tienes que hacer de guía turístico e ir indicándole por dónde tiene que ir y cuál es el siguiente paso a seguir ahora que tú has aprendido a conocerte un poco más.

Todo el mundo sabe qué es un orgasmo. Incluso algunas veces hemos tratado ese tema y las mejores maneras de alcanzar uno mediante la masturbación e incluso de qué hacer si ya no disfrutas tanto como en un inicio. Pero ¿son iguales todos los orgasmos? Hoy te hablamos de uno que puede que sea un gran desconocido: el orgasmo cervical, también conocido como de cérvix o cérvico-uterino. 

Durante la excitación, el cérvix lubrica y cuando llega al orgasmo, se contrae. Esta zona cuenta con más “canales” que llevan información sensorial al cerebro, según afirman numerosos estudios médicos. Fisiológicamente, el orgasmo alcanzado con la estimulación del cuello uterino y la vagina (que se producen a la vez), es diferente del producido por el clítoris. 

La información sensorial del clítoris va al cerebro a través del nervio pudendo y la de la vagina y del cuello uterino, se transmite por el nervio vago, hipogástrico y pélvico. Tres a uno.

Según los especialistas, la inigualable sensación de placer que provoca estimular al cérvix y tener un orgasmo cervical, se debe a que tiene tres nervios conectados al cerebro. A su vez, durante la excitación, el cérvix se lubrica y cuando llega el orgasmo se contrae, enviando sensaciones de placer a todo el cuerpo.

Para estimular esta zona debes estar muy concentrada y relajada. Puede suceder por medio de la penetración, en posición de cuatro, o con los dedos de tu pareja lo más profundo posible. Si estás sola, puedes hacerlo tú misma de igual manera o con un juguete sexual.

Cuando tengas controlado dónde está, cómo estimularlo y cuáles son los movimientos que más te gustan, puedes probar a buscarlo con tu pareja. Las posturas que facilitarán una estimulación de tal manera que podrás conseguirlo con una mayor penetración, como la postura del perrito o la que se llama la “L”. 

Puedes llegar al orgasmo cervical no solo con el pene de tu pareja, sino con un arnés (un cinturón con estimulador incorporado), con un vibrador doble o con ayuda del mismo estimulador del que te hablábamos antes, esta vez maniobrado por tu pareja. Solo tienes que hacer de guía turístico e ir indicándole por dónde tiene que ir y cuál es el siguiente paso a seguir ahora que tú has aprendido a conocerte un poco más.