Todavía existen muchos mitos en torno a la sexualidad, y uno de los más extendidos es que esta culmina con la vejez. Sin embargo, a decir verdad, no necesariamente tiene que ser así. En muchos casos, tanto hombres como mujeres pueden disfrutar de experiencia placentera al terminar su etapa reproductiva.
Hay mujeres que manifiestan que su vida sexual alcanzó el máximo punto luego que terminase su etapa reproductiva. Asimismo hay hombres que disfrutan más de su sexualidad a partir de los 50 años.
El término “sexualidad” puede ser amplio y abarcar muchos aspectos de la vida de una persona. Así, la doctora Herrera –Jefe de Servicio de Geriatría en Chile–, subrayó aquel concepto de salud sexual, según el cual este es:
“La expresión psicológica de emociones y compromiso que requiere la mayor cantidad y calidad de comunicación entre compañeros, en una relación de confianza, amor, compartir y placer, con o sin coito”.
Es decir, la vida sexual no solo implica el coito, sino otras expresiones de afecto que contribuyen a unir más a la pareja.
Cambios de la sexualidad en la vejez
Es normal que, conforme va cambiando el cuerpo, los órganos sexuales también experimenten algunos cambios. En el caso del hombre, los cambios son los siguientes:
- Erecciones más lentas.
- Orgasmo de corta duración.
- Tras eyacular hay un descenso más rápido en la erección.
- Un período refractario de mayor duración luego de eyacular.
En la mujer, los cambios pueden ser:
- Menor lubricación vaginal.
- Menor intumescencia del clítoris.
- Duración más corta en el orgasmo.
- Menor número de contracciones orgásmicas.
- Descenso rápido luego del orgasmo, entre otros.
- Disminución de las hormonas que construyen el placer sexual.
Hay cuatro fases en las que se ha descrito el ciclo de respuesta sexual, y en ellos también ocurren algunos cambios.
En el hombre, los cambios son:
- Durante la fase de excitación este necesita más tiempo para alcanzar una erección, la cual puede tener, además, menos firmeza que en los años de juventud.
- La fase de meseta será de mayor duración, ya que el músculo cremaster pierde fuerza.
- La fase de orgasmo es de menor duración, así como también presenta menor volumen del líquido seminal.
- El volumen peneano se pierde con más rapidez durante la fase de resolución, mientras que el período refractario se alarga.
Cambios en la mujer en la etapa de la vejez:
En el caso de la mujer, las fases también se mantienen, pero la intensidad no es la misma.
- Por ejemplo, durante la fase de la excitación, la lubricación disminuye.
- En la fase de la meseta disminuye la elevación del útero.
- En la fase del orgasmo hay contracciones, pero en menor cantidad e intensidad. Incluso, pueden llegar a ser dolorosas.
- La fase de la resolución es más larga que en las mujeres jóvenes, y la capacidad para tener multiorgasmos se reduce.
Tratamiento y prevención
No obstante, los factores señalados, tal como se ha mencionado, no tienen por qué ser el fin de la vida sexual en la vejez. Si bien los estudios demuestran que hay una disminución de la frecuencia del ejercicio de la función sexual con la edad, también es cierto que el mantenimiento depende de la buena salud física y mental.
Esto se debe a que, en muchos casos, también se pueden sumar patologías crónicas o el consumo de algunos fármacos que inciden en el comportamiento sexual del anciano, ya sea porque puedan alterar el sistema hormonal o por otras causas.
Hay diversos tipos de tratamientos. Actualmente, se dispone de terapia sexual para ancianos, uso de testosterona, medicamentos inyectados o por vía oral, dispositivos de tumescencia por vacío, tratamientos quirúrgicos, entre otros.
Contrario a lo que muchos piensan, la médica Llanes, recalca que muchas de las disfunciones sexuales en la tercera edad obedecen al desconocimiento, sentimientos de minusvalía, así como a falsas expectativas.
La medica antes señalada también trae a colación las recomendaciones de Masters y Johnson, para quienes es necesario dar cabida a tres recomendaciones y con ello disfrutar de una vida sexual plena en la vejez:
- Disfrutar de salud.
- Apreciar la sexualidad.
- Disponer de una pareja.
Siguiendo estas recomendaciones, no solo se puede disfrutar de una vida sexual plena en la tercera edad, sino también se derriba el mito de que con la vejez acaba la sexualidad, pues esta solo culmina con la muerte y no se reduce meramente al coito.
Artículo de Isbelia Esther Farías López