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Conoce las primeras novedades de León XIV

Desde su elección, el nuevo papa León XIV ha dejado ver un estilo marcadamente distinto al de sus predecesores inmediatos, sorprendiendo tanto por sus decisiones simbólicas como por sus gestos personales. A diferencia de Francisco, quien optó por un papado más austero y cercano, León XIV, el primer pontífice estadounidense, ha retomado prácticas litúrgicas tradicionales y ha introducido elementos distintivos en su manera de ejercer el ministerio petrino.

Uno de los primeros gestos que llamó la atención fue su decisión de cantar el rezo del “Regina Coeli” en su primera aparición pública ante miles de fieles. León XIV, agustino de formación, hizo eco del dicho de San Agustín: “quien canta, ora dos veces”. Otro rasgo distintivo es su nuevo escudo pontificio, que muestra símbolos marianos y agustinianos: una flor de lis blanca sobre fondo azul y un corazón atravesado por una flecha sobre un libro cerrado, evocando la conversión de San Agustín. Su lema papal también está inspirado en el santo africano: “In illo uno, unum” (“En Aquel que es Uno, somos Uno”).

En contraste con Francisco, León XIV ha mostrado una inclinación por el uso del latín litúrgico y una comunicación menos coloquial, más cercana al estilo académico de Benedicto XVI. En lugar de las despedidas informales del papa argentino, León XIV se ha expresado de manera sobria y ceremonial. También ha optado por una vestimenta más tradicional. Si bien usa el hábito blanco, su primera aparición incluyó la muceta roja, un detalle que no empleó Francisco. Sin embargo, aún no ha utilizado los característicos zapatos rojos pontificios.

Otra novedad ha sido su elección de transporte. Mientras que su antecesor prefería un coche compacto, León XIV ha optado por un furgón negro más amplio, como se vio en su primera salida a Genezzano, donde visitó el santuario de la Madre del Buen Consejo. El nuevo pontífice también ha demostrado ser políglota, usando inglés, italiano y español en sus intervenciones públicas. Su experiencia misionera en Perú ha quedado patente, al dedicar unas palabras en español a su antigua diócesis.

A nivel simbólico, ha alternado el uso de diversas cruces pectorales, una de ellas con reliquias de santos agustinos y del beato español Anselmo Polanco, obispo mártir de la Guerra Civil. Finalmente, la ironía y cercanía humana tampoco han estado ausentes. Al ser abordado por una niña que le pidió un autógrafo, León XIV bromeó que aún debía practicar su nueva firma. Y al recibir a periodistas en el Vaticano, confesó con sencillez: “aún estoy aprendiendo”.