La primavera llegó y con ella el calor sofocante. ¡Qué mejor manera de combatirlo que con un refrescante baño en la alberca! Para que tu experiencia sea aún más placentera, te compartimos algunos consejos:
Hidratación es clave: No esperes a sentir sed para beber agua. Toma pequeños sorbos con frecuencia, incluso antes de entrar a la alberca. Esto te ayudará a mantenerte hidratado y evitará calambres musculares.
Protege tu piel: Aplica protector solar con factor de protección solar (FPS) alto y reaplica cada dos horas, especialmente si vas a estar bajo el sol por mucho tiempo. Recuerda usar un protector resistente al agua.
Cuida tus ojos: Los lentes de sol y un sombrero te protegerán del sol y evitarán que el agua te pique los ojos. Si usas lentes de contacto, considera usar gafas de natación para protegerlos.
Entra al agua con cuidado: No te lances de cabeza, especialmente si el agua está fría. Entra despacio y moja tu cuerpo gradualmente para evitar un cambio brusco de temperatura.
Practica la natación: Si no eres un nadador experimentado, comienza con brazadas cortas y respiraciones controladas. Puedes tomar clases de natación para mejorar tu técnica y evitar lesiones.
Comparte el espacio: Sé considerado con los demás nadadores. No hagas olas grandes ni salpiques agua a los demás. Respeta las reglas de la alberca y mantén el área limpia.
Higiene: Dúchate antes de entrar a la alberca para eliminar el sudor y la suciedad. Esto ayudará a mantener el agua limpia para todos.
No te olvides de la diversión: La natación es una actividad divertida y saludable para todas las edades. Relájate, disfruta del agua y crea recuerdos inolvidables con tus amigos y familiares.
¡Sigue estos consejos y disfruta al máximo de tu próxima visita a la alberca!