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Con mucho sabor, recorre Doña Lupe el municipio de Matehuala

Con su experiencia como comerciante desde su niñez en Matehuala, S. L. P., María Guadalupe Peña Espinoza, Doña Lupe, desde los Antojitos que llevan su nombre, recordó los comercios y a los habitantes destacados de la ciudad del Altiplano Potosino.

Con una notable memoria y una plática muy sabrosa, recordó las tiendas que existieron en el Matehuala del ayer en una amena entrevista reciente con el locutor José Paz Villanueva Contreras, de la estación Oye 105.5 FM, dentro del programa “Memorias de nuestra gente”, que se publica en Facebook y por sus diferentes plataformas.

Doña Lupe nació en Matehuala del matrimonio formado por José Gil Peña García y Ma. de la Paz Espinoza Valdez; su mamá cumplió 86 años el pasado miércoles 24 de enero Día de Nuestra Señora de la Paz.

Al momento de la entrevista, el sábado 20 de enero, dijo que tenían previsto festejar a su mamá con tambora, con carnitas de su hermano “El Profe” y bailar la canción “El Pavido Navido”.

Recordó que su papá era chofer de unos camiones que iban a Villa de Guadalupe, Buenavista y Charcas, de donde traía duraznos, granadas, higos y aguacates.

A la temprana edad de 7 años, ofrecía a la venta las frutas que traía su papa frente a una tienda llamada Curiosidades El Mitla, localizada frente a la presidencia municipal, en las calles Galeana y Moctezuma.

También en los negocios cercanos al Mercado Arista vendía conejos que compraba su papá en los ranchos. Eso le permitió conocer muchas tiendas localizadas en esa zona, como El Tepeyac, abarrotes de don Delfino, de don Benjamín Chiu y de don Jesús Herrera.

También los comercios de Aurora Chiu, de don Arcadio, llamada “La Fuente de Oro”; de don Ramoncito, de don Jesús Paredes, de don Luis de la Rosa, quien vendía carne de cabrito.

POR LOS RUMBOS DEL MERCADO
Siguiendo con el recorrido de esa zona del mercado, se encontraban la Farmacia San Martín, Florería Maricarmen, Mercería del Centro, Ferretería La Barata y la frutería de Miguel Ibarra y Gloria Maldonado.

El papá de Miguel Ibarra era don Tirso Maldonado, quien tenía una frutería en el interior del Mercado Arista; doña Lupe trabajó con ellos cuando tenía como unos 14 años de edad.

Doña Lupe recordó que sus primeras letras las aprendió en un colegio particular y luego estudió en el Colegio Juárez, donde conoció a Jesús Herrera (QEPD), quien fue su esposo. De esos años, mencionó a algunas de sus compañeras de escuela.

Por sus conocimientos de esa zona donde vivió su niñez, mencionó el mesón “El Caballo Blanco”, localizado muy cerca de la presidencia municipal, que era como un vecindario y a donde llegaban comerciantes con sus carretas y daban de comer a sus animales.

De los comercios de la zona, dijo que en la calle Juárez conoció “La Reynera”, de don Blas Torres, una abarrotera muy grande, con muchos estantes y atendida por ocho dependientes.

Por la calle Ocampo, también se encontraba “Muebles Reynera”, donde dijo que anteriormente era la fábrica de hielo de la Carta Blanca.

Dijo que por la calle Escobedo se ponían vendedores de Cedral, S. L. P. con verdura fresca recién cortada, como cebolla, lechugas y cilantro.

En Matehuala había varios comercios que vendían petróleo que servía para estufas y para los quinqués; aunque ya había estufas de gas butano y energía eléctrica, aún muchas personas acostumbraban ese combustible.

“Antes la vida era más difícil, pero más bonita”, dijo doña Lupe, al recordar que algunas personas no tenía acceso a los modernos muebles domésticos.

POR LAS CALLES JUÁREZ E HIDALGO
En su recorrido por la calle Juárez, recordó que en esa zona se ponía la feria de Matehuala, el 6 de enero, en veneración del Señor de Matehuala.

Señaló la ubicación donde se ponían los juegos mecánicos, como la rueda de la fortuna, las sillas voladoras, los platillos y los caballitos. Una atracción era una fábrica de Coca-Cola que embotellaba su producto en mini botellas.

Mencionó más negocios de la calle Juárez, como las farmacias Juárez y la Matehuala, además del negocios llamado “La Quemazón”, ubicado en la esquina con Constitución, donde vendían alcohol y era sitio de reunión de teporochitos.

Siguiendo con el recorrido, recordó los comercios de la calle Hidalgo, como la ferretería “La Palma”, de don Manuel Fernández y doña Jesusita Leija; “El Mayoreo” de don Cruz Mendoza, en la esquina con Julián de los Reyes, donde después inició “Almacenes Chalita”, de Miguel Chalita Siade, y “Regalos Omega”, de la familia Pruneda.

Por la calle Juárez se encontraba el Instituto Matel, casona derrumbada para construir el estacionamiento de Bodega Aurrerá, también el Banco de Londres y México y la agencia de autos Herrera Motors.

Donde actualmente se ubica el Hotel y Casino del Valle se encontraba la Casa Gómez Badillo, entre otros negocios de la zona cercana al asta bandera, frente al Hotel Matehuala.

Los jóvenes de su época, en las décadas de los sesentas y setentas, se divertían acudiendo a “La Playita”, frente a la plaza de armas, y en las tardeadas los domingos en la Sociedad Mutualista, donde amenizaba el grupo musical “Los Olímpicos”.

Después de su largo andar donde ha tenido tiendas y restaurantes, actualmente atiende el negocio “Antojitos Doña Lupe”, frente al Hospital General de Matehuala, donde vende enchiladas, quesadillas, tacos, tortas, gorditas, hamburguesas, chilaquiles y huevos al gusto. También ofrece el servicio de banquetes. 

Gracias a Doña Lupe por recordar la vida comercial del Matehuala del ayer. Una plática aderezada con el buen sabor de la comida matehualense.

El autor es cronista honorario de la Asociación Estatal de Cronistas Municipales de Nuevo León “José P. Saldaña”, A.C. y cronista adjunto de Cedral del Consejo de la Crónica de los Municipios del Estado de San Luis Potosí.

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